CAPÍTULO
3 “Simplemente lágrimas”
Laura
y Ainoha seguían enamoradas de Lucas. A Ainoha se le ocurrió que quedaran los
tres en el cine. Lucas se lo pensó un par de días, hasta que finalmente aceptó.
Laura
se lo contó muy emocionada a Claudia,
-¡Me
alegro mucho!- contestó Claudia con una sonrisa.
Las chicas siguieron
hablando del tema del cine, muy ilusionadas.
Llegado
el día, Laura estaba tan contenta que daba saltos de alegría. Aunque no estaría
tan contenta cuando llamara a Lucas.
Ainoha
y Laura esperaban impacientes a Lucas. Tardaba y tardaba, así que decidieron
llamarle. Lucas les dijo que lo sentía, pero que al final no podía. Laura
estaba tan disgustada, que el camino a casa
no hacía más que llorar y repetirse para sus adentros: <<No me
extraña que no quiera quedar conmigo, con lo fea que soy…>>
Al
llegar a casa, encendió su ordenador y se conectó a Messenger. Claudia, al ver
a Laura conectada se extrañó, ya que debería estar en el cine con Lucas y Ainoha.
-¿Qué haces aquí?
¿No deberías estar en el cine con Lucas?
-Debería…-
respondió Laura con tristeza.
-¿Qué ha pasado?
¿Estás bien?- preguntó Claudia extrañada.
-¡No! ¡No estoy
bien! Lucas me dejó plantada ¿Cómo quieres que esté bien?- respondió Laura
llorando.
Claudia se extrañó
por la agresiva respuesta de su amiga.
–Cálmate, le habrá
ocurrido algo importante- dijo Claudia intentando calmar a su amiga- No creo
que nadie deje plantado porque sí a una chica tan guapa como tú.
-¿Guapa yo?- respondió
Laura -Ni en el mejor de mis sueños
Claudia, llorando
por la agresividad de su amiga, lo dejó estar, pensó que sería el enfado y la
decepción del momento.
Al
día siguiente, Laura seguía disgustada.
-¿Estás mejor?-
preguntó Claudia al ver a Laura conectada
-No mucho, la
verdad- respondió Laura -Pero gracias por preguntar y preocuparte. Y respecto a
lo de ayer, quería pedirte disculpas. Estaba muy enfadada y decepcionada, y lo
pagué contigo cuando eres de las mejores personas que conozco y una de las que
más me han ayudado.
-No importa- respondió
Claudia -Supongo que yo estaría igual. Así que no te preocupes, lo de ayer está
olvidado.
-¡Muchas gracias!-
respondió Laura.
Laura
rió con Claudia, aunque seguía disgustada por lo de Lucas. Se lo contó a muchos
amigos. Muchos le dieron ánimos, aunque no todos eran con buena intención.
Pasaban
los días, Laura seguía locamente enamorada de Lucas, y Claudia seguía guardando
su secreto para no disgustar a Laura.
Al
lunes siguiente, en el autobús, Laura ni quería mirar a Lucas, ya que sabía que si lo hacía, iba a llorar.
Claudia
quería decirle su secreto a Laura, pero sabía que no era un buen momento.
Pasadas
un par de semanas, Laura ya estaba mucho mejor respecto a lo de Lucas, y Claudia
decidió contarle su secreto a Laura.
-Laura, llevo
mucho tiempo queriendo contarte una cosa, pero no encontraba el momento y la
forma.
-De acuerdo, dime-
dijo Laura.
-Pues…la cuestión
es que…
-¡Suéltalo ya!
¿Quieres?
-Es que no sé cómo
decírtelo…me da rollo.
-¿Rollo?- dijo Laura
-¿Te da rollo contarme una cosa cuando me has contado millones? Venga, dime.
-Está bien… pues
es que… me voy del colegio…
-Ja, ja, ja. ¿Es
broma no?- respondió Laura sin poder creérselo.
-Ojala…- respondió
Claudia.
-Entonces… ¿Te vas
del colegio?
-Me temo que si…
Fueron las últimas palabras de Claudia antes de
que las dos echaran a llorar.
Cuando las dos se calmaron un poco, llamaron
a sus otras amigas para contárselo.
Lo que Claudia no sabía , es que le estaban
organizando entre todas una fiesta sorpresa el sábado.
Llegado el día, Laura llevó a Claudia a la
playa para distraerla mientras sus amigas ayudaban con la decoración y la
comida.
Una vez llegó Laura con Claudia a su casa con
los ojos vendados, todas la recibieron con un amistoso -¡¡¡SORPRESAAA!!!
A medianoche, se asomaron al balcón para
disfrutar de las estrellas, era todo precioso, aunque
ninguna podía disfrutar del todo, ya que no podían olvidarse del motivo por el
que estaban allí.
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