CAPÍTULO 4 “A Laura se le
acumulan las preocupaciones”
A medida que avanzaba el curso, Laura se
preocupaba más y más, ya que era su último año junto a Claudia. Laura, lo
último que quería era que Claudia la viera triste y ella se pusiera así
también, así que mientras hablaba con Claudia, intentaba no acordarse del tema.
Pocos días antes de fin de curso, las
cosas empeoraron para Laura, ya que Lucas había empezado a salir con una
compañera suya llamada Alexandra. Laura lloró y lloró. Intentaba alegrarse y
pensar en otra cosa, pero para Laura, en esos instantes le parecía algo
imposible.
Se lo contó a Claudia, mientras
lloraba y lloraba
-Tranquila, en
breve cortarán- dijo Claudia pensando qué decir exactamente-Ahora empezará el
verano, no se verán todos los días, estarán con otras personas, y en poco
tiempo ni se hablarán.
Laura no sabía que decir, y se limitó a seguir
llorando.
Estuvo así un par de días, hasta que
se dijo a sí misma: <<Laura, ¿de
verdad vas a estar llorando por él? ¿Por el mismo que te ha hecho tanto daño?
¿Ese que pasaba de ti olímpicamente?>> Laura siguió dándole vueltas a
esas preguntas, hasta que por fin se dijo: <<No, no voy a llorar más por
alguien que no merece mis lágrimas. Pasaré página, y si hace falta cambio de
libro>>
Claudia, al ver la rápida recuperación
de su amiga, se alegró muchísimo.
Al cabo de un par de días, llegó el 22
de junio: último día de clases. Laura sabía lo que significaba eso: dos meses
sin sus amigos, y una vida sin Claudia. Al principio del día lo llevó bien,
hasta que en la última hora, no pudo más y explotó. Sus lágrimas cayeron
lentamente por su rostro. Era tanta la tristeza de Laura, que ni siquiera
disfrutó de sus magníficas notas.
Laura, cada día hablaba con Claudia,
pero nunca llegó a tener una conversación en la que no se acordara del tema de Claudia.
Al par de días, Lucas le dijo a Laura
que había cortado con Alexandra. -¿Sí?
Pues enhorabuena, pero déjame en paz, no quiero saber nada de gente que me ha
hecho pasar tan malos ratos como tú.
Lucas, extrañado,
no respondió. Laura, sorprendida de sí misma por lo que acababa de hacer, se
alegró mucho, ya que había hecho algo que hacía un par de semanas, no podría
haberlo hecho ni soñando.
Entre
tanto, Laura andaba echa un lío: no sabía si estaba enamorada de un chico de su
antigua clase llamado Enrique. Todos los días hablaba con él. No era muy guapo,
y Laura lo sabía, pero era muy simpático, y parecía que a Enrique también le
caía muy bien Laura. Laura le contó lo de Enrique a Claudia. Las dos hablaron
de todo lo que se les ocurrió: ropa, chicos, amigas… y de todos esos temas,
salió el tema del colegio, y las dos recordaron el problema de Claudia. Las dos
intentaron cambiar de tema y alegrarse un poco, pero fue imposible, ya no
hablaban como antes, no estaban tan alegres, y eso era muy incómodo para ambas.
De repente, las dos se callaron y
Laura puso una cara que parecía que había visto un fantasma. Laura había
recibido un mensaje de Enrique. Le reenvió el mensaje a Claudia.
-“Hola Laura, vamos a ir unos amigos y yo
el sábado al cine ¿Quieres venir? También irán Hugo, Alejandro y María”- leyó Claudia
en alto el mensaje de Enrique.
Laura no tenía palabras para
explicar como se sentía en ese mismo instante.
-No es tan malo, así podrás aclarar tus
dudas- dijo Claudia, pero Laura seguía sin habla.
Era tarde, así que en media hora
quitaron la cámara y cada una se fue a su cama hasta el día siguiente.
<<Hoy
es lunes>> pensó Laura <<Tengo una semana para decidirme. A lo
mejor Claudia tiene razón...>> Montones de pensamientos recorrieron su
cabeza, y, sin darse cuenta, se quedó dormida.
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